Todo el cielo estaba en un esplendor inaudito, por eso me quedé hasta más tarde, y meditando. Concretamente sobre pensamientos de la vida. Vivía ésta vida en soledad, aunque algunas veces tecleaba sobre ella, la mujer que nunca pude alcanzar. Acumulaba algún que otro problema, que entendí, sin más dilaciones, que me abriría un paraíso en mi vida, y finaliza así, notando latidos profundo, cogiendo coraje, amándome a mí mismo, y muriendo, enterrando todo, y volver a ser un niño, con todo por aprender de ese milagro que me espera, cierro los ojos, sin justificaciones, solo calma, una vocecilla del corazón me dice, has llegado hasta aquí, ahora te espera lo mejor, no desistas, sabes el valor de la vida, y los milagros que te esperan, será duro, respiré profundo antes de dormir, y puse punto final, sé, que lo lograré, y no hay nada más que decir o pensar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario