Sí siempre vas a hacer lo que deseas,
hasta que veo todas las estrellas del firmamento, más de cinco veces, y sigues como succionándome, yo quiero corresponderte y hacer lo mismo a ti, cariño, mi vida. Quiero que disfrutes tanto como me haces ver los cielos así. Entiendes que siempre te pones a consumirme y con tus gemidos sensuales me transmites, me manejas, y siempre termino viendo desde mí ventana alusa, desconcierta, todos los secretos del cielo, eres mermelada, mayonesa, un buen vino, y soñar, siempre contigo. Me tienes tan complacido, que calmas toda duda que anhelo yo ya hacer, darme entero para ti, siempre tuyo. Siempre, en todas, apareces tú, Zedesa. ¿Cómo me llamo?.
Nota: dedicado a ella, una mujer con la que hablé con ella una noche, una desconocida noche.
No hay comentarios:
Publicar un comentario