215_ tengo mis propias ideas sobre la existencia de un posible Creador, me entiendo mejor así, pero ésto que voy a escribir no es mío, me lo dijeron, y como siempre doy mi interpretación y no revelo el nombre por respeto, comparta o no ésto que voy a contar, me parece muy interesante, lo voy a titular según mi interpretación, " Dios y las lentejas, -o tomas más o tomas menos-".

Érase un Emperador muy rico, que todo el pueblo estaba encantado con Él, le hablaban y le pedían un motón de cosas, y Él a todo a el que lo seguía le daba de todo, y era muy amable y bueno. Curiosamente en el Reino había un transeúnte que comía muchas y muchas lentejas, siempre lentejas, siempre, vagabundeaba por ahí a su bola, no le hacía caso a los consejos del Emperador, y dormía, se despertaba, hacía lo que le daba la gana, no tenía dinero, ni ropa limpia, ni huerto, dormía por ahí, andaba andrajoso, y siempre comiendo lentejas etc. El Emperador decidió enviar a un amigo suyo a hablar con el transeúnte. Cuando lo encontró el Enviado le dijo, hola... qué le pasa que no ve al Emperador, ni lo sigue, ni lo admira, ni habla con Él, ni escucha sus consejos, ni una reverencia, mire; si usted hablase con Él y fuese a su Palacio a hablar con Él y siguiera sus consejos, lo que dice, le mostrase todo su respeto, y admiración... tengo entendido ¿qué nunca lo vio?, e incluso rechaza verlo siquiera, Él es muy rico, le daría casa, huerto, tiene mucha ropa, mucho dinero, le daría de todo, y todo lo que quisiese y no tendría que andar así sucio, y tomar, tengo entendido que siempre lentejas, ¿no tiene casa?, Él le daría una... Anímese a escúchale, ¿no le parece mejor que comer siempre lentejas?. El transeúnte lo miró y respondiole, ¿sabe una cosa?, lo qué dígame, ¿va ir a verlo?, no, para nada, y escúcheme usted bien, si usted comiese un poco más de lentejas, quizá no tendría que andar tan atento y pendiente de las cosas, consejos y exigencias del Emperador. Bueno, cada uno lo intérprete u opine lo que quiera. FIN.