454_ Vuelvo a escribir algo

      Era de las mujeres que cuando miraba al sol y a la luna, te hacía pensar que todo era una ilusión impecable, como la blusa traslúcida que vistes con elegancia. Es entonces cuando me siento ligero y tenue para mirarte y saber que quizá algún día dejarás que nos embriaguemos a abrazos, en la distancia como algo que siempre debe ser valorado. Mi bohemiedad, era un poco curiosa y resultaba  casi como infantil, casi ingenua, pero había todo menos la inocencia, tampoco somos niños, pero disfruto con ella desnudo, algo que no es casual, aunque el acto de hacerlo sí, sin palabras nos entendemos mejor.  Yo estaba en un piso alquilado y pronto aparecías en la ventana, soy demasiao bohemio para ti, como tú dijiste peluquera. Esto se aprecia en la buena moda que utilizas, tan mujer, cuerda responsable e irresistiblemente atractiva para mí, pero eso no es lo que vengo a decir, y por qué decido escribirlo y no hablarlo. Ella siempre me adelanta, sabe lo que intuyo y lo que quisiera decirte, doncella de encanto, sutil, llena de calma y energía positiva, es como si fueras karma positivo y a todos nos camelas en un sentimiento hacia ti, el que sabes manejar tan bien tú, bella, cuando quieres, amable y siempre con la elegancia de no caer en orgías o extremos, que a mí tampoco se me dan, pero espero decisión, esperado a que muevas la barita mágica que te regalé, para cuando deseas que interprete algunas notas, en la flauta travesera, o en mi guitarra viajera. Solo tú admites el permiso de querer insinuar algo,  o que pueda entenderte baby, la que vive en el quinto, primera puerta desconocida. Pero aprecio lo que me quieras regalar, como si es poco o mucho, yo te tendré apego siempre, esperando que un día, estos sueños de palabras soñadoras, se tornen realidad, en algun tipo de forma, dime, hoy ¿deseas conversar?, intuyo esa frase quebradora de límites donde si deseas desaparecen sin decir nada, sin más. Todo de mí me comprendes,y un día será realidad nuestra comunicación, así como tú aprecies que es mejor. Quiza me abandones, por precipitarme, pero un día llegarás, eso es lo que mantiene mi esperanza, para caminar por la calle de viandantes, que transcurren las aceras de la ciudad, cada uno con su verdad, pero nadie sabe quién eres, y sorprendentemente yo tambien lo desconozco, pero añoro encender esa hoguera en una playa y dormir junto bajo el abigarrado techo luminoso de estrellas, soñaremos que un día vendrá, me recojo, estoy cansado del día, y no puedo detener el no pensar en ti, bella dama de los bosques encantados, llena de sutileza y carácter atrayente y carismático. Sabes que me tienes, y juegas a tenerme, eso es un gran alivio de calma y paz, un día vendremos a abrazar estos sentimientos, escasos en la vida, resplandecientes como el sol en el mar. Guardando en una caja con un corazón, nuestros secretos.