482_ son muchas batallas, pero todas... siempre es la misma batalla, y nunca podemos rendirnos, porque lo sabemos, somos inteligentes. ¿Fuerza, valentía, no miedo, acusaciones valientes?, no soy tonto, ¿de qué me hablas?, argumenta, no ensalces, sé pensar por mí.

    No podemos dejar que la gente burda y manipulable y sin personalidad, carente de pensamiento libre, a la que manejan bajo la bandera de la justicia, y mucha fuerza y poca cabeza, el descontento, violencia, discriminación, etc. Y los líderes que los manejan a su antojo, para comer en platos de "oro" que nada valen, con la su marcada debilidad característica, de un orgullo de dominar por dominar, y con valores por debajo de los de un simple animal,  mismo un perro es más justo, y que manejan a ese rebaño de pobres ovejas llenas de violencia vacía y súbditos fieles de los que incluso se ríen diciendo ¡que idiotas, pero me hacen caso! y los utilizan solo para ellos, brazo de su poder vanaglorioso, parco, vacío, visceral, por debajo de un mismo perro, literalmente. No podemos dejar de luchar, siempre es la misma batalla, y aunque nunca se gane, debemos utilizar nuestra gran arma, la inteligencia, no la violencia manipulada, eses súbditos del poder vanaglorioso y vacío, ante ésto debemos luchar siempre con nuestras armas, la calma, el pensar, el sosiego que clarifica las ideas y deja libre el pensamiento y la inteligencia. Nunca nos vamos a rendir, sabemos que nunca ganaremos, pero sin bajar los brazos, también sabemos que tampoco nunca perderemos. Así es la lucha de la humanidad y el humano, de éste mundo, por siempre. El inteligente mira a quién sigue; el falso ídolo, maneja a esa pobre muchedumbre, con mucha fuerza, y poquita cabeza, y quizá  le de, un poquito de dinero, una miseria comparado con el dinero de los platos de "oro" del falso ídolo, cobarde que esconde el rabo ante un valiente que le reta de tú a tú, y maneja a eses pobres diablitos, mucha violencia y poquita capacidad de pensar, es así como de modo tan sencillo, se distinguen los falsos ídolos, los líderes que se esconden con cobardía (nunca aceptarían un tú a tú), y llenan sus pabrabas de machitos para los machitos y poquilla cabeza, para utilizar a otros, plenamente y solo para ellos; otra gran diferencia más. Pero en toda la grandísima escala social, el que piensa libre, no el violento, es el dueño.