Siempre que nos perdemos, tenemos que encontrarnos al menos más sabios, y desconfía de lo ajeno o mejor piensa tú mismo, sobre lo aprendido, porque lo que superas, ya no vale, la experiencia puede hacerte vulgar, aprende a estar con el rebaño, pero no seas rebaño, luce al sol y la lluvia tu rostro, con sosiego y paz, a los demás, a los que no Conozco, los oigo mas no los escucho, es hora de empezar, siempre fuiste tú, pero te influyeron tanto.. que eres rebaño, piensa por ti, y no te avergüences, o... ¿te están mirando?, ¿quién?, ¿acaso los conoces?, ¿te miran a ti mismo?, o andas con caretas de quien sabes que tú no eres así, ¿solo eres entonces para los demás?, eso ya cambia mucho, no es acorde, ¿para quien vives?, creo que me entiendes. Sé tú, soy yo, y en éstas letras, no puedes ver mi rostro, tendrás que comprenderme de verdad.
Oh Baby, te quedó ese nombre, y el sol molesta, si solo me atrallese tu cuello, no me pedirías que te convirtiese, claro que ya borré todo, has cumplido trescientos siglos, y sigues joven, lo veo en tu pensamiento. Te podría dibujar mil veces, y no sabría cómo, rompemos los espejos, oh! tú y yo nos decimos que tú siempre sí, es lo único, mirar tus ojos, y ver tú corazón, ¿Baby?, trescientos siglos ya son adecuados. Cada vez aprendes más. Ahora ya sabes desaparecer.
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