Advertencia ⚠️

Advertencia ⚠️

martes, 25 de octubre de 2022

33_ Sin título, solo un humilde "poema" para la demencia, incombustible en destrucción de la persona, pura pero también caprichosa, como un niño, hoy día.


Parte I

   Drácula, hincó sus colmillos y tragó sangre, mientras recordaba a su amada suicida y el maleficio de escupir con una espada por y de luchar con y a favor de Dios, lo que no imaginaba era que la "recompensa" de luchar en nombre de Dios, esperando durante tres décadas de guerras y regresar a ver a su amor en el castillo, su hogar...
  Se cubrieron las luces en el cielo, versos de alguien que rechazaba volver a besar amor que no fuese a su amada. Ella se suicidó en su ausencia porque pensaba que su amado, Drácula, había muerto en guerra luchando por Dios, y esperando en la desesperación de darlo por muerto en batalla y no volver a ver a su amado, ella arrojose por un precipicio antes de que su esposo Drácula regresase, dándolo en tanto y tanto tiempo, por muerto, y los bebés se hicieron fuego. Drácula ya estaba sumamente angustiado, los bebés, comida para sus esposas durante cinco siglos más lejanos en el transcurso del tiempo, esperando ansiosamente Drácula el retorno del Espíritu de su Amada. Adelante, en batallas con los Arcángeles, en un futuro ya ahora real, Drácula, se vestiría en guerra contra Dios, anunció el Arcángel Gabriel, el cual alzaría una estaca de plata y un crucifijo, pero no se sabía quién ganaría, pero sí se sabía que sucedería dicha batalla... Un hecho inaudito y desapercibido: una bala cruzó el cielo, y un humano ajeno y desconocido imploró al mismo segundo y milésima de una canción de un lloro, una canción de cuna, implorando a Dios. Drácula consciente pero tremendamente confundido, advirtió: Se prepararía para esa batalla, y vencería, metería sus colmillos en el cuello, del Arcángel Gabriel, y así sucedió en realidad. No habría de ser el Arcángel Gabriel el Redentor. Y Así Pereció ante el Poder de Drácula.


Parte II

    Hoy Drácula duerme, mirando por los ojos de los lobos, tranquilo de su víctima, y triunfo, llamando a Dios a explicar, y tuvo Dios que explicar la muerte del Arcángel Gabriel. Todo era una locura, pensó en uno de sus sueños Proféticos, pero el humano desconocido, de una canción de cuna e un imploro. Incordiaba odiosamente las noches de Drácula, pero en mal acierto, no lo temía. Este curioso humano entrometido en el azar, para bien, cerró los ojos y durmiendo díjole su exigencia a Dios, al son de una campanada. Todo era sofocante, y el humano quería llorar, mas no podía, pues el humano terminó por dar muerte a Drácula, ¡ni el mismísimo Altísimo, sabía cómo había sucedido!, ¿¡alguien tan insignificante!?, ¿¡cómo no lo advirtieron mis ojos!? que todo lo ven... fue, la primera duda de Dios. El fortuíto afín, digamos humano, lo mató por su mismo rechazo en otra guerra contra Dios, mas no le juró a Dios éste, y creyó, ciegamente en Dios, el humano que supuestamente pecó al asesinar al Conde Drácula, se dijo a si mismo: nunca temblar, sí afrontar, y levantarse de la frustración y la crueldad del eterno dolor... 

   Los pájaros estaban alborotados, los mares embravecidos etc. y tales palabras de todo lo relatado, no pueden ser entendidas, mas que en una demencia, fuera del entendimiento humano. El peculiar humano tuvo que darse un final feliz, para no caer, en que si existe o no Dios, él solo le rogaría al son del viento, dame vida, dámela digna y eterna. Yo no pequé pues tú eres mi Padre, si mi raza pecase... clamó el humano... pero callose insúpito, mordiendo sus palabras por desistir, pero levantando con vehemencia su rostro hacia el Cielo, y desistiendo de, y a su fe, y renegó de Dios y su existencia. Pero curiosamente tornose el humano en libre y feliz, su corazón clamó gracias, por existir se dijo, sin ti yo no viviría, por eso no pequé, y en un desvelo tan tormentoso como liberador, de clamor e imploro de que nunca más, nunca más, jamás, volviesen los miedos al humano. Y la flor de la ternura, lo acarició. Quería vivir la vida, sin miedo, feliz, digna y eterna. Así fue la exigencia de éste singular humano.

   Algunas veces duelen los tuyos, mas no he de ser yo el redactor, de ser quien hable de este humano redentor, solo de ser nada más que de darle todo de mí a mis queridos, pero ella me arrebata el corazón, y cura mi existencia. El humano no era cualquiera, desconocido sí, pero sus sentimientos tan benevolentes como palabras tan desgarradoras le otorgaban algo, tan desconocido, como para él la misma muerte, y éste, para mi carismático humano, y hasta tan desconocido este peculiar humano, para el mismo Dios, recíprocamente, que ni en ningún caso éste humano conocería el misterio de la muerte, ni Dios lo conocería a éste humano, mas que su imploro. Recíprocamente.

  Harto de andar, y dolerosas rodillas, se detuvo y descansó. Drácula, de un modo u otro, como dicen los cuentos de adultos, ya estaba muerto, siempre lo estuvo, y no pudo llorar jamás, siempre fue feliz, gracias a su amada. Y el humano gritó con emoción, ¡¡gracias Dios!!, ¡¡Yo!! ¡¡di fin a tu pesadilla!!, así, se fueron y nunca volvieron jamás, los miedos que atormentaban y asediaban al humano. Y respiró profundamente, y durmió a causa de su sumo exhausto cansancio. Ella volvería, a por él, a por el humano; siempre. Así se forjaron con sudor, frondosos lagos, pájaros sobrevolando el aire puro, un paraíso que debían cuidar, así frondoso fue el regalo de Dios, un mundo y un universo de sabiduría... Con la armonía de la naturaleza dentro y latiendo en cada humano, aquí en la tierra, el planeta y nosotros prevalecemos y prevaleceremos, he aquí la perfección ante nuestros ojos, ¿quién no cree para bien?: yo humilde redactor, también, afortunadamente, afortunadamente, curiosamente afortunadamente, en absoluto, anodinamente... Se despejaron los cielos, y la Paz llenó de alegría tanto dolor y sangre derramada, en una lucha que auguraba ser eterna. El singular y curioso humano, simplemente imploró casi hasta la exigencia, que se desvaneciesen todos sus miedos y torturas de aflicción, sufrimiento... Era insoportable, cruelmente insoportable, y sabía que debería darle un final feliz a estas precarias letras que llegan, a su fin. Pues de lo contrario, no podría soportar, la misma existencia. El singular humano emprendió un largo camino, tuvo familia, se alejó del mundo que revosava, ahora, alegría, y tras un largo viaje, con su esposa Zedesa y sus hijos, se alejó del mundo y de nuestra raza. No volvió jamás a saber este mundo de él, confiado el humano, de que sería cuidado, al igual y como le prometió Dios, con sus miedos y más intrínsecos temores. También ofreciole Dios un presente Divino, una espada misteriosa, e díjole: ¡¡álzala al Cielo cuando vuelvas a temblar!!, yo veré dónde te encuentras, y te ayudaré a superar cualquier miedo que trate de alterar tu sosiego y el de los tuyos, que tanto amor puro desprende de ti... Y serás calma y amor, y nunca sentirás miedo por nada, he escuchado tu exigencia, y te he dado tu, ahora, espada, Drácula yace tranquilo con su amada, gracias a ti, humano, y la gratitud de Dios es siempre fiel y etérea. Tú, humano hijo mío, evitarás la tierra, que gozará de armonía, harás un largo viaje con tu esposa Zedesa e hijos, no regresarás jamás y confiarás. Sin que el mundo se percate nunca de ello. El humano susurrole, yo solo me ayudé a mí, pensó éste desconocido, un día cualquiera inadvertido, casual e insólito, y por suerte, para Dios acertado, pero igual que para el humano la muerte nunca sería descubierta, en susurros también Dios... y el mundo para Dios, dijo el humano, recíprocamente, nadie sabe ni nunca sabrá absolutamente nada de lo sucedido, y serás olvidado por tu raza, y para ti Dios, susurró el humano, yo también seré desconocido ante Tus Ojos que Todo lo Ven, mas, nunca me verás... Solo tras la demencia, se pueden entender, estas parcas y pergaminas letras. El peculiar humano cumplió, y alejose a una tierra remota y desconocida por la humanidad, jamás reveló su victoria ante el Conde Drácula, por si un día Dios lo necesitaba, ni el Maligno, debía saber el secreto. Ni el mismo secreto se lo reveló, éste curioso y peculiar humano, a Dios. Y el secreto se guarda firmemente entre acertijos a ninguna parte y silencio. Pues digamos que... el miedo, sucumbió ante el miedo. No coseré más, este "relato" o como deseen denominarlo, pues solo tras la demencia, pueden ser entendidas, sus incorrecciones, que como redactor asumo por cometidas. Amén.

Post Data: el dolor moderado y constante en unas rodillas desgastadas que tratan de caminar, puede ser insufrible, pero el dolor psicológico de la demencia, puede ser ¡tan capricho como crucificarte!, sin comillas. Si añadimos un siempre constante dolor en unas rodillas, que desean andar, con psicología vehemente hacia éste hecho, andar sin dolor, y lo mezclamos con una demencia que reitero ¡tan puede ser caprichosa, como matarte en vida! Pues así es... No explicaré más. He decidido en lo que pude, desaparecer absolutamente, voluntariamente y lo que estuvo en mi mano, del "recuerdo angustioso de internet". Mas he decidido que no puedo vivir, pero sí en lo más oculto que pueda, escribiendo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario