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domingo, 7 de enero de 2024

323_ título: del sueño y el ensueño

 

Primera escena

     Ahora que no puedo mirar para ti, donde el ocaso resplandece al sol, y el miedo se calma en la orilla, sinceramente, vuelvo a soñar contigo, si no estás en mis fantasías, cómo voy a vivir, dijo un día Picasso, y Einstein solo de paso, dejó de soñar contigo, se perdió en las estrellas que te pertenecen siempre, mujer. Cómo si no voy a respirar y por qué, si no existieras, en mis tan siquiera pobres fantasías. Hoy olí tu perfumen, a pensamiento olvidado, tantas veces recurrido en todo lo que creo, mas no veo igual sobre lo que soñar todos los días de mi vida. Olvidé hablar de ti, de tu mirada, de tu elegancia en personalidad, y sí, dijiste, ¿ves?, no soy como aquella, me decanté a bien, y hablamos a la noche sin agua, nada es fácil, si no es contigo, que me prestas tus ojos de ver el mundo, me cautivas, me convences, me tiñes de rosa el día más gris, y curas mis cicatrices. Alivias mí corazón, algunas  veces sueño que no estás, y tiemblo de horror, otras recuerdo tus caricias de ayer, y de el otro ayer… Y sabes cómo manejar hasta mis palabras, como si de una puesta de sol se tratara, con la sombra ocasionada a los pájaros libres, más libres todavía. ¿Cómo era esa princesa?, ¿es éste otro cuento tuyo?, o soy yo que no puedo vivir, sin ti. O miento y te busco tras los paraísos más sublimes, pues en ellos es dónde te puedo encontrar, la Diosa que renace en mis mañanas, o ya son tuyas, todas para ti, en éstos momentos suaves como terciopelo que vistes cuando deseas, y me calmas con destreza navegando por las olas, más o menos peligrosas, salpicada de salitre, mi memoria quiere saber, ¿dónde estás ahora?, que tecleo, desconcertado, buscando lo prohibido y permitido, donde mece la cabeza Hamlet, está solo distraído, solo es eso, no está loco, solo es un pescader honrado, sumido en un sueño, pero ella lo arrebata, y me otorga todo, si un día te olvido, Dulcinea, ¿qué ha de ser de mi?. ¿Buscaré, prometiendo otra luna?. Alargaré los dedos, entre las manos te la entregaré, y volarás libre, y libre ya, para siempre.



Segundo acto:

solo apto para locos, lo que vio el lobo estepario en el teatro, así reza el subtítulo


Ella y él se desnudan en un telón rojo, como en un cuadro de vampiros, ya lo ha convertido, y es raro en una vampiresa, elegir un compañero eterno. Pero lo desea, y es el deseo en ésta especie, de espeluznante naturaleza, e increíble origen, del amor de un tal Drácula. Hoy es futuro, el sol advierte, y un guion se pasa cautelosamente a los que interpretan


- Doncella, éste para usted, prepare los colmillos.

- Caballero, éste para usted, prepare la “compañía”, o elija dos segundos, después enfocaré con la cámara, los dos colmillos darán a entender al espectador, que está convertido.


Continúa el Director y yo no soporto estas escenas fantasiosas y dementes, he de encontrar la puerta, es ella, una Vampiresa de verdad, ¡tengo que salir y huir, ya!. Con una estaca hice un agujero en las tejas, ella gritó, abrí la puerta gritando ¡yo no!, entró poderosa la luz, y me marché de allí para siempre, no había una mota de amor en aquel lecho. Entiendo ahora el título, y el entrelazado del guion, para poder salir de allí. No era un teatro para humanos.


Parte tres, “el Santuario”:


    De tres caminos elegí la luna, y sueño de nuevo sudoroso con ella, que quiere mi cuello, y yo me aparto de tu camino, no soportaría verte a mi lado, te daría muerte, me robará el corazón, más nunca me tendrá, así partí de junto tuya, mi luna. Vete en camino contrario a mi, hoy solo rezaré, crea o no, exista lo que sea, si unos dientes pueden matarte, si te advierten a mi lado, y siempre estarás a mi lado, yo estaré lejos siempre, rezándole a las estrellas, que no tiene sentido vivir sin ti, pero un rayo de esperanza, atisba mis ojos, ¡Rebeca!, ¡vive!, ¡marcha!. Ella me persigue. O vivamos en los eternos momentos de cada segundo, escondidos en las Iglesias y las Cruces, siempre con las ventanas hacia el sol, dormiremos en cada santuario, y nos libraremos… No sé que hacer, dime, pensemos, ¿cómo seguir juntos?, si es que aun podemos. No puedo más, partiré. Pero soñaré de nuevo, contigo, sabiendo, que sí existes.

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