No hay nada de que quejarse, mis padres son mayores, mí padre ochenta y pico, me lo dice, yo le digo que es ley de vida, para todos, él lo sabe mejor que yo, desconfía pero tiene todo mí apoyo, debo ser fuerte y lo soy, quizá tenga sus miedos a la edad, pero yo he de vivir mí vida, y no me quejo, actúo, bien. Y me corrijo si lo considero, siempre son horas buenas, últimamente, no deseo mal a nadie, quizá que me dejen en paz algunos, tampoco me importa, soy honrado. Y ello no es malo, en mí vida ya hubo de todo, ahora puedo disfrutar mejor, de la vida, aprendiendo. Si no me hablan con buena intención, reconozco diferencias, pero vivimos nuestras vidas, una vez que coges bien la vida, no se suelta, ya lo aprendí, y cuando yo me vaya, nada que llorar, por mí parte, ya hice lo que debía. Siento que no debo exigir nada a nadie, y tal y como vivo, seguir disfrutando del avanzar, porque yo lo he decido.
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