título: -Dos siglos antes-
Hoy han sucedido dos siglos, solo dos segundos, y no encuentro alivio a éste brutal tormento de amarte, donde estés, allí, tan lejos, como aquella estrella que pasó un día, por mi vida, cruzando el cielo, la vi volar, con un manto aterciopelado y unas alas de ángel, y el mismo cielo lloró, y limpió las lágrimas de mis ojos, como a un niño, y bailando bajo las estrellas soñamos, alegrías, aterciopeladas de tristeza, que no puede verte en este camino que nunca se cruza contigo, tras las escaleras, pedazos de cielo, huele a ti, marcho, tengo miedo de esta soledad, y solo en ella apareces, otra vez con tu capa bermellón, para recordarme que me persigues, y atormentas, ¡no lo sé!, ¡no sé dónde está ella!, ¡tortura!, muérdeme otra vez maldita, nunca la encontrarás, y solo a ella amo. Inventaré mil letras, antes de que la encuentres, no duermo bien, pero logro a penas, soñar contigo, pero he de estar bajo la luna, o te veré, y jamás podré perdonarme el encontrar tu sitio, porque he enloquecido por ti.
Aparece escrito al final del pergamino:
Cartas a la ausente, de todas las poesías, y todas de color las llena
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